Un día como hoy hace 15 años, cuando la mayoría de nosotros nos conectábamos a Internet a través de la línea telefónica (si es que disponíamos de Internet), Microsoft lanzó un programa para navegar por la red llamado Internet Explorer, basado en el trabajo de otro navegador: Spyglass Mosaic. En ese entonces, IE se ofreció a los usuarios como parte del antiquísimo paquete Microsoft Plus! para Windows 95, ya que ni siquiera venía por defecto en Windows.
Como ya sabemos, este navegador, para bien o para mal, se terminaría convirtiendo en uno de los productos más importantes de la historia de Redmond. Un ejemplo emblemático de esto es el proceso antimonopolio en el que Microsoft se vio envuelta a causa de las malas prácticas en las que incurrieron para que IE superara al entonces líder Netscape. Incluso se manejaba la posibilidad de que Microsoft se viera obligada a dividirse en dos como castigo.
También ha jugado un rol importantísimo en la historia de la web, pero en este caso su contribución ha sido más bien negativa, al retrasar el desarrollo e implementación de estándares modernos a causa del estancamiento de su motor Trident.
Mucha agua ha pasado bajo el puente ya, y da la impresión de que Microsoft ha aprendido de sus errores. No sólo favorecen la competencia ahora, mediante medidas como la Ballot Screen, la cual da a conocer a los usuarios otros navegadores alternativos, sino que han entendido también la importancia de implementar estándares web abiertos, como CSS 3, HTML5, etc, algo que se verá reflejado en el futuro Internet Explorer 9.
Solo el tiempo nos dirá si Microsoft logra enderezar el rumbo de su navegador estrella, algo que es vital para que se mantengan relevantes en un mundo donde la web tiene una importancia cada vez mayor.
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